Hay un punto que siempre me resultó poderosamente atrapante en la obra de Le Fanu y digno de
desarrollar en un análisis y se trata de como Carmilla invade a sus víctimas y es
invadida, a su vez, por ellas.
La novela está
estructurada en un prólogo y dieciséis capítulos.
El prólogo se
sirve de "Algunos de los arcanos más profundo de nuestra existencia dual y
sus intermediarios " Este enfoque inicial sobre las dualidades del
espíritu se desarrollará a todo lo largo del relato y, combinado con una
profunda ambigüedad respecto a la caracterización de Carmilla, nos permite leer
la obra no sólo como un relato de vampiros, sino también de dobles,
consistentemente con el concepto de realidades paralelas.
La
caracterización de Laura encaja dentro del patrón mítico, y el tópico gótico,
de la joven prisionera que debe ser rescatada por un héroe. Sólo que a Laura no
la rescata un héroe, sino otra heroína, y una que no viene de afuera, sino que
parece desprenderse de su interior, y que ha sido previamente vislumbrada en un
sueño compartido por ambas. A diferencia de las enredadas tramas de los
sensations, la trama de Carmilla es monotemática, centrándose en la relación de
Laura y Carmilla, con dos intertextos, la historia de Bertha Rheinhardt, la
esperada amiga que nunca llega, y la de
Mircalla Karnstein, el misterioso antepasado de Carmilla, que funcionan como espejos de cada una de las
protagonistas.
Bertha, como
Laura, vive prisionera de una imagen patriarcal en medio de una soledad
absoluta, y representa el aspecto servil y hogareño de la mujer. Mircalla, la
hermosa condesa que habitó las ruinas vecinas, es una representación del
arquetipo de la femme fatal que se yuxtapone a la imagen de Bertha/Laura.
Además de
este sutil juego de espejos, Le Fanu utiliza otros recursos como la
presentación de triadas opuestas. Al triángulo angelical de Laura y sus dos
damas de compañía, Mme. Perrodon y Mlle. de Lafontaine, Le Fanu yuxtapone el
triángulo demónico de Carmilla con la madre imperiosa y la bruja oscura que la
acompañan en su dramática aparición. La aparición de ésta, considerada como “
uno de los más grandes triunfos de la ficción gótica” , ocurre en medio de un
despliegue de tópicos del género —la luna llena, los caballos desbocados, el
carruaje volcado— que luego perduraron no sólo en la ficción, sino en clásicos
del cine
En efecto, la
entrada —o regreso— de Carmilla al relato va a volcar o invertir el orden en el
comportamiento de los sexos. Desde este momento se va a establecer una sutil
lucha entre los dos aspectos de la mujer: la fatal y la sumisa, que se atraen y
se rechazan.
Carmilla
constituye un nuevo paradigma en que los elementos de lo gótico se articulan
coherentemente con el cuento moderno sobrenatural donde lo maravilloso se
confunde con lo probable.
Aunque
Carmilla es una vampira, el aspecto tremendista de su apariencia física (los
colmillos ensangrentados, el lecho en el féretro, la caminata entre criptas a
medianoche) no emerge sino hasta el final del relato. De hecho, tanto la
narradora como los personajes secundarios, Mme. Perrodon, Mlle. De
Lafontaine e incluso el padre de Carmilla, hacen resaltar la delicadeza de sus
rasgos y la elegancia de sus modales, en los que sólo se vislumbra un toque de
languidez. Los elementos maravillosos (su aparente habilidad para transformarse
en gata o traspasar puertas cerradas, sus colmillos afilados, el aullido de los
perros en su presencia) se presentan acompañados de una explicación racional
que la narradora acepta. Su ambigua caracterización a lo largo de casi toda la
obra por parte de una narradora no confiable en primera persona, y la
reiteración de la descripción inocua de Carmilla por parte de los personajes
secundarios, abren la puerta a una interpretación de la misma como doble de la
narradora y objetivación tanto de sus deseos como de un aspecto reprimido de su
personalidad.
Carmilla,
aparece en la vida de Laura (y antes en sus sueños) como la posibilidad de una
existencia que nunca se le dio. La sumisa, solitaria, virginal Laura —cuyo
nombre evoca a la ninfa que prefiere convertirse en laurel antes de ser poseída
por Apolo— halla su complemento en Carmilla.
No cabe duda
que lo que Carmilla trae a la vida de Laura es indiscutiblemente su primer
encuentro con la pasión…
Ya terminé de leer Carmilla y no sé qué me fascinó más, si la novela en sí o tus comentarios.
ResponderEliminarTienes ese característica de elevar cada frase, invitando a la reflexión.
Creo que de ahora en adelante entraré a tu blog más seguido...
Saludos