No hay nada en este mundo que no suponga una fascinación...
Que intensa y reveladora verdad.
Quiero comenzar esta semana con un extraño personaje que sin
lugar a duda dibujó una clara línea de “antes y después” dentro del lado oscuro
de la Literatura: el género gótico.
Todavía tengo a flor de piel la indescriptible fascinación que
me produjo leer por primera vez lo que yo considero como uno de los cuentos
claves en el devenir de la literatura de vampiros: Carmilla, de Joseph Sheridan
Le Fanu.
Una obra sencillamente imprescindible.
Carmilla es la
madre de todos los vampiros y Le Fanu el maestro absoluto que concibió la
figura del vampiro tal como hoy lo conocemos.
Siempre me pareció
una injusticia que cuando se habla de vampiros habitualmente el primer
referente es Drácula de Bram Stoker, un personaje maravilloso sin duda, pero
que cobró vida porque antes existió la enigmática e inmortal Carmilla.
Sin ella, es un
hecho que Stoker no hubiera creado al conde de Transilvania y las historias de
las criaturas bebedoras de sangre en la
literatura y en la cultura popular en general hubieran sido totalmente
distintas.
La sugestiva vampiresa de Le Fanú es un personaje que personalmente me seduce profundamente.
No sólo por lo que significó en la literatura victoriana de 1800, si no porque
magistralmente, su creador, logró transformarla en un icono a partir del cual
se amoldarían todos los formatos de la literatura de vampiros; incluso los de
la actualidad, que aún no logran desprenderse de aquella matriz innovando con
frescas ideas creativas.
Los invito a
conocer a la seductora joven enamorada
que nos llevará a bucear en los recónditos laberintos de un mundo
peligrosamente embriagante…
Joseph Sheridan Le Fanu, un genial artista irlandés
especialista en historias de fantasmas y misterios sobrenaturales, presentó a
la famosa vampiresa por primera vez en 1872 en una antología de cuentos de terror titulada “In a Glass Darkly“.
Si bien las
leyendas de vampiros venían cobrando fuerza desde finales de la Edad Media,
Carmilla fue la primera en convertirse en un fenómeno popular en todo el mundo.
La trama se
desarrolla en un castillo ubicado en
Estiria, Austria, donde vive una joven llamada Laura, la protagonista, junto a
su padre y un grupo de sirvientes.
Un día se produce
un terrible accidente cerca del
castillo, cuando vuelca un carruaje que pasaba por allí a toda velocidad.
En el vehículo
viajan una señora de alta sociedad y su
supuesta hija, quien queda inconsciente
en el carro.
Como no hay ningún
médico cerca del castillo, la señora le pide a los dueños del lugar que cuiden
a la joven Carmilla hasta que regresen, ya que ella tiene que hacer un
viaje que no puede posponer. Es un
asunto de vida o muerte.
Carmilla que es una
chica sumamente hermosa, al principio parece ser una joven agradable, pero
cuando extrañas muertes de mujeres que habitan cerca del castillo comienzan a
repetirse, la protagonista y su padre descubren que su huésped resulta un
personaje siniestro que no es fácil de combatir.
Una de las
características principales de Carmilla es que está plagada de un alto
contenido erótico. Carmilla ama a Laura y desea poseerla, literalmente.
La relación entre
ellas es un factor elemental en esta trama que el autor trabajó con maestría. Hay
que tener en cuenta que en 1872 publicar una historia fantástica donde se
destacaba una relación entre dos mujeres era un tabú importante en la
literatura europea, pero Le Fanu logró evitar las censuras y los escándalos
debido a la manera en que trabajó el tema. De esta forma, el lector advertirá,
introducido en el texto con admirable elegancia, como entre ambas jóvenes
comienza a forjarse una relación amorosa, tal como lo manifiesta la propia
Laura:
Es tan insondable el vínculo que surge entre
las dos, que llegará un punto en el cual será difícil distinguir si se trata de
dos personajes distintos o uno que emerge como parte del otro…
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